En el 654 A.C. los Cartagineses descubrieron la isla y fundaron Ibiza ciudad. Desde ese momento, la isla se convirtió en un importante centro para mercantes y comerciantes. El “Oro Blanco” (la sal) que aquí encontraron tuvo mucho que ver ya que marcó el inicio de la explotación de las salinas de Ibiza.
Bautizaron la isla con el nombre de Ibosim (“Ciudad del Dios Bes” o “Isla de la Fragancia”). Además, los griegos, llamaron a las dos islas de Ibiza y Formentera las “Pitiusas”, que proviene de Pitys (pino en griego) debido a la gran cantidad de pinos que pueblan el territorio de las dos islas.
Las sucesivas invasiones de la isla de Ibiza, por parte de las grandes civilizaciones mediterráneas: griegos, fenicios, romanos, árabes..., fueron dejando su impronta y huella en la isla tanto en la arquitectura como en sus costumbres, vestimentas, gastronomía…
¡Incluso fue invadida por piratas! De ahí que toda su costa esté llena de torres de defensa, algunas de ellas todavía muy bien conservadas. Así, en caso de invasión o avistamiento de un barco pirata, se encendía una hoguera para avisar a la torre más cercana que encendía otra hoguera y así sucesivamente de forma que toda la isla estuviera sobre aviso.
Como curiosidad también quiero contaros que Tanit, la diosa más importante de la mitología cartaginesa, era la Diosa de la Luna, el Amor, de la Fertilidad y de la Guerra. Siendo muy adorada en nuestra isla de Ibiza.
En vuestra próxima visita no dejéis de visitar, en el noreste de la isla, La Cova des Culleram (cueva santuario erigida en honor a la diosa Tanit) y El Museo de Puig des Molins, si no lo habéis hecho ya…
Siempre he pensado que el “magnetismo” y la buena “energía” que nos transmite la isla…cobra mucho sentido y se entiende mejor cuando conoces su apasionante pasado e historia.